Calculá tu probabilidad de sufrir un paro cardiaco

Los eventos cardiovasculares junto con el conjunto de condiciones asociadas como la hipertensión, las arritmias cardiacas, los paros cardíacos y los eventos cerebro vasculares son a la fecha una de las tres principales causas de muerte en occidente.

Al menos por esta sola razón nos debería resultar interesante estimar cual es nuestra probabilidad de padecer un trastorno coronario. Para bien o para mal esta estimación se puede inferir con cierta facilidad a partir de un conjunto de variables (o factores de riesgo para ser más precisos). Como se suele decir en el mundo empresario “solo se puede mejorar aquello que se mide”. Por otro lado, hoy existen estrategias alimenticias y de estilo de vida que permiten acotar este riesgo.

Afortundamente los principales factores de riesgo coronario ya han sido identificados gracias a esmerados estudios epidemiológicos que se han venido realizando a gran escala desde la década del 50. El estudio de referencia en esta materia y posiblmente uno de los estudios más exhaustivos de toda la historia es el Framingham Heart Study que debe su nombre a la localidad del estado de Masachusets (EEUU) donde se realizó por primera vez. Este estudio ha sido catalogado por el Texas Heart Institute Journal como uno de los avances más importantes en materia de cardiología del siglo XX.

Posiblemente muchos no lo sepan, pero lo que motivó dicho estudio fue la muerte del presidente Franklin Delano Roosvelt el 12 de Abril de 1945 luego de sufrir una crisis de hipertensión que le costó la vida.

La hipertensión no es ni más ni menos que una presión sanguínea elevada. Y es especialmente peligrosa ya que contribuye al endurecimiento de las arterias (arteroesclerósis). La arteroesclerosis se caracteriza por la presencia de depositos de grasa, calcio y coagulos de sangre en las paredes de las arterias haciendolas más duras y menos elásticas. En los casos más extremos ocasiona el bloqueo de las arterias incrementando exponencialmente la probabilidad de muerte.

Si bien los límites de lo que se considera como una pesión “normal” son un tanto arbitrarios el consenso médico parece sugerir que una presión arterial normal es aquella menor a 140 mm Hg (para la sistólica) y menor a 90 mm Hg (para la diastólica). Estos valores numéricos se refieren a la forma en la cual se mide la presión arterial la cual está expresada en milimetros (mm) de mercurio (Hg).

Según registros médicos históricos antes de asumir al presidencia F.D. Roosvelt tenía una presión sanguínea de 140/100. Es decir, moderadamente más elevada que el rango considerado “normal”. Sin embargo, un año antes de su muerte su presión arterial había trepado a 210/120, guarismos que hoy bastarían para catalogarlo como una crisis de hipertensión y que hubiera motivado una intervención médica inmediata. Pero esto no fue lo que ocurrió ya que en esa epoca no existía un consenso médico y un entendimiento de la hipertensión como el que tenemos hoy en día. Desafortunadamente para el presidente Roosvelt ese desconocimiento le costó la vida. Dos meses antes de morir su presión arterial ascendía a 260/150 para trepar irreversiblmente al rango de 300/190 el mismo día de su muerte.

La muerte de F.D. Roosvelt motivó al gobierno de Estados Unidos a profundizar en el estudio de las condiciones que le habían ocasionado la muerte. El estudio comenzó en el año 1948 y a la fecha ya se han realizado más de tres ediciones.

Para realizar el estudio los investigadores seleccionaron a la ciudad de Framingham, Masachusetts por lo estable de la población, por la posibilidad de obtener una muestra adecuada y también por la gran colaboración entre participantes e investigadores que aseguarían la posibilidad de monitorear a los participantes y ver cómo evolucionaban en el tiempo.

En su primera edición los investigadores reclutaron 5209 participantes con edades que iban de los 30 a los 59 años. Durante el estudio cada paciente debía completar una serie de cuestionarios que indagaban aspectos físicos, comportamentales y de estilo de vida, y también se les realizaba estudios médicos para monitorear su estado de salud. Estos estudios se realizaban periódicamente cada dos años con la finalidad de identificar posibles factores de riesgo.

Si bien continúan siendo elevadas, gracias a los hallazgos de este estudio las tasas de mortalidad debido a condiciones cardiovasculares se han reducido en un 60% desde los años 50 a la fecha.

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Tras sucesivas ediciones en 1998 se presentó formalmemte el Framinhgam Risk Score, un modelo predictivo que recoje los principales factores de riesgo y que permite estimar la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular para un plazo de diez años. Toda una herramienta de prevención!

Los principales factores de riesgos que se identificaron en la primera edición del estudio y que se utilizaron para la construcción del modelo predictivo incluían: (i) Colesterol Total (mg/dl), (ii) presión sanguínea (sistólica y distólica), (iii) Indice de Masa Corporal (kg/m), (iv) ritmo cardíaco (pulsos/minuto), y (v) niveles de glucosa en sangre (mg/dl). A su vez se contemplaba si el participante era fumador y en caso afirmativo cuantos cigarrillos fumaba por día. Los antecedentes familiares también eran contemplados.

Lo interesante del caso es que dicho modelo predictivo se ajusta relativamente bien a distintas poblaciones. Esto quiere decir que el modelo propuesto además de tener buena capacidad de predicción es extrapolable. Las unicas excepciones se dieron entre muestras poblacioneles de afroamericanos y en Japón donde también se replicó el estudio. En el caso de los afroamericanos el modelo subestimó el riesgo coronario debido a que muchos afroamericanos tienen una incidencia de diabetes mayor que la media poblacional. En el caso de los japoneses, el modelo sobreestimaba el riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a que los japoneses son una de las poblaciones con menor indicencia de este tipo de enfermedades debido a su dieta.

Si desean conocer su probabilidad de tener un evento cardiovascular en los próximos años pueden ingresar en esta página que está basada en el Framingham Heart Study.

Cualquier duda me pueden dejar su consulta en los comentarios!

Exitos!

Mariano M.

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