Coenzima Q10: un aliado para la fatiga, el corazón y el Parkinson

A medida que envejecemos el sistema anti-oxidante que protege nuestro cerebro de la inflamación crónica y la acción de los radicales libres se debilita. No es casualidad que la caída en los niveles de anti-oxidantes clave que sobreviene con el paso del tiempo también coincida con la aparición de problemas en la memoria o con una menor capacidad para mantener la concentración o aprender cosas nuevas.

La Coenzima Q10 (CoQ10) junto con el glutathione y la vitamina E es uno de los principales anti-oxidantes que tenemos para protegernos de los efectos ruinosos del envejecimiento. Pero al igual que ocurre con otros anti-oxidantes debe ser obtenido de la dieta. La mala noticia es que en la mayoría de las personas esto no ocurre. Para agravar el problema factores de estilo de vida como una dieta deficiente, falta de descanso de calidad, niveles altos y acumulativos de estrés y el uso de medicaciones muy comunes (para la presión, para reducir el colesterol, pastillas anti-conceptivas, antiácidos, entre otras) disminuyen aún más las reservas de la CoQ10. Por esta razón recomendamos ingerir este importante anti-oxidante bajo la forma de suplementos.

La CoQ10 es particularmente importante para la salud del cerebro por dos razones. La primera es que se trata de un anti-oxidante lipo-soluble lo que significa que puede llegar a las membranas celulares y protegerlas de la acción de los radicales libres. En segundo lugar, ayuda a las mitocondrias en la producción de ATP con lo cual es un insumo crítico para la producción de energía en el interior de las células. Por estas dos razones mantener niveles adecuados de CoQ10 es fundamental para suministrar niveles estables de energía al cerebro y a su vez para proteger las neuronas del daño oxidativo.

La producción de CoQ10 se produce naturalmente en el cuerpo a partir de la síntesis del aminoácido l-tirosina y otros nutrientes que obtenemos de los alimentos (i.e. bife, hígado, sardinas, manteca, aceite de oliva), pero su producción cae naturalmente con la edad, por eso es tan importante suplementar de manera diaria. Si experimentan falta de energía, trastornos cognitivos, alguna condición neuro-degenerativa o si toman alguna de las medicaciones que mencionamos en el párrafo anterior es imperativo que estabilicen los niveles de este importante anti-oxidante.

Investigaciones recientes han encontrado que las personas que sufren de la enfermedad de Parkinson poseen niveles inusualmente bajos de CoQ10. Si bien la evidencia no es concluyente algunos estudios han sugerido que la suplementación con CoQ10 mejora la disponibilidad de dopamina en el cerebro ayudando en las primeras instancias de esta condición, aunque otros estudios no han encontrado beneficios clínicos. Sin embargo, en el año 2015 un equipo de la Universidad de Juntendo en Japón encontró que utilizando la forma biodisponible de la CoQ10 denominada Ubiquinol suministrada en conjunto con Levodopa mejoró el perfil de pacientes con Parkinson en la etapa de “wearing off” (aquella en la cual la L-Dopa comienza a perder efectividad). En el mismo año, otros investigadores japoneses encontraron efectos neuroprotectores y mejoras significativas en las esferas cognitivas en personas con Parkinson utilizando CoQ10 en conjunto con suplementos de Creatina (creatina monohidrato). Dado que una de las características de esta condición es la disfunción mitocondrial, suplementar con este anti-oxidante bajo su forma biodisponible (Ubiquinol) nos parece una buena idea.

La CoQ10 también es vital para la salud del corazón. Este último (junto con el cerebro) es el área del cuerpo con mayor cantidad de mitocondrias. Y por una buena razón. Para que la sangre llegue al cerebro y al resto del cuerpo en las suficientes cantidades el corazón debe realizar cerca de 60 contracciones por minuto, lo que arroja un total de de 86400 contracciones en un solo día. Al igual que el cerebro, el corazón nunca detiene su funcionamiento. Por ende, es un gran demandante de energía. Y esa energía proviene de las mitocondrias. Y la CoQ10 es uno de los principales insumos que necesitan las mitocondrias para fabricar energía.

En Japón, se viene utilizando la CoQ10 para tratar a pacientes con insuficiencia cardíaca y presión arterial elevada desde los años 70!

Como pueden ver los beneficios de la CoQ10 son múltiples: mejora la fatiga crónica, la depresión, la progresión del Parkinson, el corazón, el rendimiento atlético, y extiende la expectativa de vida a través de su acción antioxidante.

Las dosis recomendadas en personas “sanas” suelen rondar los 100mg diarios en una toma diaria. Recuerden que existen dos variedades de CoQ10: las más común conocida como Ubiquione que suele tener menor capacidad de absorción, motivo por el cual la mayoría de estos suplementos ahora vienen con ciertos extractos (i.e. black pepper extract) que aumentan su biodisponibilidad. La otra variedad viene bajo la forma de Ubiquionol y se estima que es entre 40% a 90% más efectiva que la anterior, especialmente en el tratamiento de la fatiga y en sus efectos neuro-protectores. Por estas razones, el Ubiquionol suele ser la mejor opción, aunque es más cara.

 

Referencias:

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