Nociones básicas sobre la luz ultravioleta (UV) y la luz azul

La luz es una espada de doble filo. Por un lado ayuda a adaptarnos naturalmente a los ciclos del sol a través de nuestros ciclos circadianos que regulan cuando estamos despiertos y cuando descansamos. La luz también cumple una función importante al ayudarnos a mejorar nuestra visión (contraste, percepción de profunidad, discriminación de colores, etc.). Pero por el otro lado, la luz también puede ser un factor de riesgo para nuestra salud, sobre todo por sus componentes de luz ultravioleta (UV) y luz azul (blue light). Esta ultima a su vez es un importante factor que puede influir negativamente sobre nuestra performance.

La Luz Ultravioleta (UV) es invisible a los ojos y se ubica en la parte adyacente a las longitudes de onda corta del espectro visible (380nm-780nm). Se compone de tres zonas:

(i) UVA (315-380 nm) – es la parte menos dañina de la luz UV y su exposición facilita que nuestra piel se broncee.

(ii) UVB (280-315nm) – se trata de una zona que produce efectos dañinos para nuestro oganismo al ser capaz de producir quemaduras, destrucción de vitamina A (interviene en la protección y regulación de la piel), y otras afecciones de la piel. Tiene un efecto acumulativo sobre nuestro cuerpo y nuestros ojos.

(iii) UVC (100-280nm) – es la parte más dañina de la luz UV ya que aún con una baja exposición puede causar daño a nuestros tejidos. Afortunadamente es absorbida en su totalidad por la capa de ozono.

Contrariamente a lo que se cree, el momento del día donde los rayos UV tienen su máximo no es constante a lo largo del año. Durante el verano la mayor exposición a rayos UV se da entre las 10 am y las 2 pm, mientras que en invierno se da entre las 8am y las 10 am y luego entre las 2pm y las 4pm.

En suma, la luz UV además de tener efectos nocivos sobre nuestra piel y tejidos también puede dañar nuestros ojos, sobre todo su parte frontal como la córnea y el cristalino. Esta es una de las razones por las que se aconseja usar protector solar y limitar nuestra exposición al sol durante ciertos momentos del día, por un lado, y también la razón por la cual es importante utilizar lentes con protección UV cuando vamos a estar expuestos al sol. La exposición acumulativa a los rayos UV contribuye enormemente al desarrollo de cataratas y a la pérdida de nuestra visión.

The Vision Council Electromagnetic Spectrum

¿Qué es y cuál es la importancia de la “luz azul”?

La “luz azul” es la parte del espectro visible de mayor intensidad y energía. Es adyacente a la luz UV y tiene la capacidad de llegar al fondo de nuestros ojos (retina). Por esta razón, la exposición acumulativa a este tipo de luz contribuye al deterioro celular de la retina y al desarrollo de “degeneración macular”.

La luz solar también contiene un porcentaje de luz azul (mayor por la mañana) y como dijimos tiene un rol para nuestro organismo (ciclos circadianos y regulación hormonal). Pero este no es el caso al que nos referimos. Con la aparición de dispositivos digitales y su propagación a todos los ámbitos de nuestra vida diaria estamos expuestos a fuentes de iluminación artificial que emiten un gran porcentaje de luz azul. Es esta sobre y continua exposición la que genera los problemas. Luces de bajo consumo, LEDs, pantallas digitales, notebooks, tablets, smartphones, ya forman parte de nuestra vida…todo el día y durante todos los días del año.

Se ha comprobado que esta continua exposición a fuentes de luz azul producen deterioro celular en la retina y con el tiempo incrementan las chances de desarrollar degeneración macular.

Ciertos estudios sobre la luz azul determinaron que la banda particularmente nociva para nuestra retina es aquella que va de los 415nm a los 455nm (las bandas más cercanas a las luces UV). Sin embargo, estos estudios también determinaron que las bandas comprendidas entre los 465-495nm no serían tan nocivas como se creía y son justamente las partes de la luz azul que cumplen funciones vitales para nuestro organismo (regulación hormonal y del ciclo circadiano) y para nuestra visión (reflejo pupilar, visión). Si bien no toda la luz azul es mala (como acabamos de ver una parte de ella sigue cumpliendo un rol de importancia para nuestra salud), la continua sobre exposición a fuentes de iluminación artificial sí es perjudicial y por ende debe ser regulada.

El otro problema con la luz artificial es su “parpadeo” (flicker). Este tema lo desarrollamos con un poco mayor de detalle en el ebook de KON OPTICS donde explicamos como dicha pulsación puede ser un disparador de episodios de migraña y de otros trastornos físicos como dolor de cabeza, ardor de ojos, fatiga visual, etc. Estos son a juicio de muchos especialistas los principales ladrones de performance en el ámbito laboral.

Hay varias cosas que podemos hacer en este sentido. Podemos usar apps gratuitas como F.lux que sirven para regular automáticamente los colores de nuestra pantalla según la hora del día hasta lentes con filtros opticos que permiten bloquear las emisiones de onda corta (luz azul) proveniente de las pantallas digitales y luces artificiales.

UV and Blue Light

Resumiendo. La luz UV afecta la parte frontal de nuestros ojos (riesgo de cataratas) mientras que la luz azul de alta intensidad (415-455nm) afecta la parte posterior de nuestros ojos (riesgo de degeneración macular) entre otros problemas. Para ambos casos afortunadamente hay soluciones disponibles totalmente inocuas para nuestra salud y extremadamente económicas.

Esperamos que esta información les haya resultado de utilidad.

Salud y exitos,

MM Infobae

Mariano M.

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